IF

EE.UU. supera los 200.000 contagios y el coronavirus se dispara más allá de Nueva York

Los casos se multiplican después de que muchos estados hayan ignorado la amenaza y de la titubeante respuesta de Trump



Estados Unidos vive en estado de conmoción por la rápida expansión del coronavirus, que ha superado ya con creces los 200.000 casos, cerca del doble que los países hasta ahora más afectados, como Italia o España.

La epidemia se ha extendido durante semanas con fuerza en algunos focos del país, pero muchos han vivido de espaldas a la realidad. Es imposible desligarlo de la reacción del Gobierno federal, que ha sido tibia, tardía y descoordinada. La semana pasada, Donald Trump se mostraba confiado de que el país estaría «en marcha» y «de vuelta al trabajo» para el domingo de Pascua, para cuando pronosticaba que las iglesias estarían «hasta arriba». También relativizaba la importancia al coronavirus y decía que la gripe común y los accidentes de tráfico suponen igualmente miles de muertes cada año.

Pocos días después, no le ha quedado más remedio que aceptar la realidad descorazonadora de la epidemia: según las proyecciones de la propia Casa Blanca, en el mejor de los escenarios previstos morirán entre 100.000 y 240.000 estadounidenses. En el peor escenario, las víctimas del coronavirus serían incluso más de dos millones.

Hasta ahora, buena parte del país ha visto la epidemia como un problema aislado en algunas zonas: California, el estado de Washington y, sobre todo, Nueva York y su área metropolitana.

Hospitales al límite

La Gran Manzana y sus alrededores siguen siendo el epicentro de la crisis. Los tres estados que comparten el área metropolitana de la principal ciudad del país -Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut- acumulaban este miércoles la mitad de los casos del país, con más de 100.000 contagios y más de 2.000 fallecidos.

Su infraestructura hospitalaria está al borde del colapso y el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, repite cada día su llamamiento a una mayor asistencia del gobierno federal para el envío de equipamiento médico.

Nueva York ha sido un polvorín para la epidemia, por factores como su población alta, la densidad urbana, la amplia red de transporte público y la afluencia de visitantes y turistas de todo el mundo.Pero Cuomo advirtió de que el problema va mucho más allá de la ribera del río Hudson. «Si nos creemos esos números», dijo sobre una proyección que apunta a 16.000 muertes en su estado, «eso significa que va a haber decenas de miles de muertes fuera de Nueva York». «Para la gente que ve las noticias por la noche en Kansas y dice “bueno, eso es un problema de Nueva York”, eso no es lo que dicen los números», insistió. «Dicen que es un problema de Nueva York hoy. Mañana, es un problema de Kansas».

Cuomo mencionó estados donde el impacto de la epidemia es todavía pequeño. Pero ya son treinta estados donde se han decretado órdenes de confinamiento en casa, para una población que en conjunto equivale al 80% del país.

Florida se suma al confinamiento general

Florida fue ayer el último estado en sumarse, tras las reticencias de su gobernador, el republicano Ron DeSantis, que finalmente ha cedido a la presión. En Miami crecen los casos y Florida es un caso de especial riesgo por la gran presencia de jubilados de todo el país.Sin los casos de Nueva York, el número de contagiados en EE.UU. sería todavía comparable a los de Italia y España.

Los nuevos focos calientes están en entornos urbanos que mezclan densidad de población y rentas bajas. Un ejemplo de ello es Detroit, cuya curva de contagios «es más inclinada incluso que Nueva York, reconoció Gretchen Whitmer, la gobernadora de su estado, Míchigan. También hay gran preocupación por Nueva Orleáns, en Luisiana, una ciudad donde la semana pasada el aumento de contagios per capita crecía más que en ningún lugar de EE.UU, o por Chicago, en Illinois, con un área metropolitana de 9,5 millones de personas y donde ya se están montando hospitales de emergencia.




UN POCO DE PADEL !




No hay comentarios:

Publicar un comentario