Por qué el sector tecnológico va a ser de los primeros en recuperarse del coronavirus
Tras el 'shock' en el que quedó la industria tras la caída del MWC y la 'paralización' de China, este gremio recupera capacidad productiva y podría estar casi en la normalidad en mayo
El 13 de febrero se produjo shock. El Mobile World Congress, la mayor feria de telefonía del mundo, se cancelaba tras una estampida de cancelaciones con la excusa del miedo al 'coronavirus'. A esas alturas de la película, ni España ni el resto de Europa por no hablar de Estados Unidos veían que el Covid-19 fuese capaz de sumir la sociedad y la economía occidental en un pseudoletargo como el que se vive.
Prácticamente cualquier empresa cuya actividad no sea la alimentaria o sanitaria ha bajado su producción al mínimo, ha echado el cierre o se ha reconvertido para fabricar materiales y equipos médicos sin que esté nada claro en qué momento se va a retornar a la actividad habitual. Hay una excepción: el gremio de la tecnología. Una industria que empezó a sufrir los efectos del Covid-19 antes que nadie y que, probablemente, recupere la normalidad antes que nadie.
La clave de todo esto es, en parte, la dependencia que prácticamente todas las marcas tienen de China para ensamblar sus productos. Cuando en estas latitudes discutíamos sobre la idoneidad o no de aplazar el congreso de Barcelona, la actividad de plantas de producción de multinacionales como Samsung o Foxconn (el responsable de montar, entre otras cosas, el iPhone) llevaban ya varias semanas paradas.
El primero, en sufrir
Además de decretar un cierre marcial en la región de Hubei, donde se empezó a forjar esta pandemia, el Ejecutivo alargó las vacaciones del 'Año Nuevo Chino' con el fin de ganar tiempo y reducir el movimiento. La crisis en el aquel país, de momento el que mejor ha 'domesticado' un coronavirus que se resiste a ser una amenaza incluso en los territorios que lo han combatido mejor, influyó en los engranajes y los calendarios de este sector.
Las limitaciones se extendieron a otras zonas claves, como Shenzen, una ciudad cerca de la frontera con Hong Kong que es sede de Huawei o ZTE y uno de los mayores lugares de producción tecnológica mundial. También afectó a Shengzhou, conocida como la 'iPhone City' por el importante papel que tiene en la producción de estos terminales. La hibernación no solo afectó a China continental, sino a otros países del sudeste asiático como Vietnam, donde también grandes multinacionales crean sus dispositivos.
En las últimas semanas las fabricas de toda esa zona geográfica han ido recuperando paulatinamente la normalidad según se iban relajando las restricciones. Muchas de ellas sí, pero no todas están al máximo y de la misma manera que Wuhan, la ciudad donde el coronavirus empezó a hacer estragos, cuentan las horas para que terminen sus cuarentenas y estar al 100% pronto.
El apocalipsis de suministros que no llegó
El panorama, aunque sigue siendo una incógnita, es mejor que como se planteaba a mediados del pasado mes. La asociación IPC publicó una encuesta que venía a decir que en 2020 veríamos menos productos estrella por los retrasos en los suministros y la gran mayoría no veían posibilidad de recuperar la normalidad hasta julio. Se esperaba, en ese momento, una sequía de producción de componentes electrónicos que retrasase más de cinco semanas los desarrollos de productos y que afectase también a los que están en el mercado.
Firmas como Nintendo o Facebook alertaron de que se podría producir gran escasez como Switch o las Oculus disponibles. Los malos augurios se confirmaban cuando Apple, que no había llegado a anunciarlo oficialmente, posponía 'sine die' el lanzamiento de sus nuevo iPhone 9, una versión 'low cost'.
Sin embargo, este apocalipsis en la cadena de suministros no ha llegado a producirse en la magnitud que se esperaba. La publicación especializada PCMag recogía testimonios de firmas como Intel, Lenovo, AMD o PCNext que decían que sus operaciones se estaban manteniendo dentro de la normalidad y que se estaba pudiendo mantener un buen volumen de entregas de productos demandados en estas semanas. El reto, según analistas de IDC recogidas por ese medio, era recuperar la mano de obra pero veían que este contratiempo podría estar solventado en mayo.
En este sentido, el fundador de Foxxconn dijo que tanto en China como en Vietnam habían recuperado la actividad "por encima de las expectativas". Terry Gou, fundador de este proveedor, mencionó dos problemas de suministros. Eso sí, lamentó el encarecimiento de chips de memoria así como las pantallas debido a los contratiempos que se estaban produciendo en Japón y Corea del Sur, donde las multinacionales locales tienen varias plantas dedicadas a paneles y otros componentes. Sin embargo, el Ejecutivo de Seúl ha conseguido mantener la economía activa tras una agresiva estrategia de aislamiento y contención del coronavirus. Samsung, incluso, ha reabierto una planta después de que varios de sus trabajadores diesen positivos.
Los lanzamientos vuelven
Un buen termómetro de que los cimientos de la electrónica de consumo es cómo se ha reanudado el calendario de lanzamientos. Xiaomi que tenía previsto poner en juego su buque insignia el Mi 10 Pro a nivel global aprovechando el MWC hizo un evento 'online' recientemente y este 'smartphone' ya está a la venta en España. Lo mismo ocurre con el P40 Pro de Huawei que se lanza en el mercado patrio a partir de mañana. Realme, perteneciente al grupo BBK, también ha puesto en juego nuevos terminales y sus primos hermanos de Oppo, también lo han hecho con el Find X 2.
OnePlus, también perteneciente a este conglomerado, presentará novedades el 14 de abril Samsung se libró de lidiar con esta crisis ya que presentó sus nuevos productos a mediados de febrero. Incluso Apple podría presentar esta semana finalmente el iPhone 9. El iPad Pro 2020, su otra gran novedad, ya llegó al mercado hace más de una semana, siguiendo los planes iniciales.
Con el músculo productivo calentando y alejado del gran apocalipsis, toca mirar el consumo. Esa es la gran clave. Todo depende de cómo se produzca la ansiada recuperación, que estará condicionada sin lugar a dudas por dos aspectos clave: la duración de las restricciones y las acciones y políticas financieras para evitar la destrucción masiva de empleo, que el consumo enfrente un bache temporal y que la caída de la capacidad adquisitiva de los usuarios no se convierte en un problema a medio o largo plazo sino que sea cosa de unos meses. Muchos dan por descontado un retroceso. En China, por ejemplo, se calcula que la venta de teléfonos móviles caerá un 40% en el primer trimestre por culpa de la lucha contra el coronavirus. Ahora hay que conocer el alcance del mismo en Occidente. .
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